Ya comentábamos en un artículo anterior del blog “Cuidar la comunicación en pareja”, la importancia de mantener una comunicación fluida y respetuosa para el buen funcionamiento de la relación.

Rebajar la hostilidad en la comunicación dentro de la pareja es uno de los primeros pasos que tenemos que trabajar para sentar de nuevo las bases de una convivencia tranquila y agradable y conseguir reconectarnos.

Son tres las herramientas que vamos a necesitar desarrollar para rebajar la hostilidad en la comunicación:

1- MENSAJES ASERTIVOS: ponernos ambos en el mismo nivel en la comunicación, entendiendo que tan importantes son mis sentimientos y opiniones como las de mi pareja, es algo que debemos demostrar en el día a día. Las reglas que vamos a seguir en la comunicación en pareja son las siguientes:

Centrados en hechos: describir hechos y conductas de la forma más objetiva posible, no impresiones subjetivas, acusaciones ni juicios sobre el otro. Estar abierto a cómo lo ve el otro.

– Veo que…. ¿Qué ves tú?

Centrados en sentimientos: incluir claramente cómo me hacen sentir los hechos que acabo de señalar, ya que eso marca la importancia para mí del tema tratado y busca la comprensión del otro. Nos mostramos abiertos a cómo se siente el otro.

– Esto me hace sentir… ¿qué sientes tú?

Centrados en necesidades: indicar de manera directa cuáles son las necesidades que tengo al respecto del tema tratado, no esperar a que el otro adivine lo que yo necesito. Las necesidades del otro son tan importantes como las mías.

– Lo que necesito es… ¿qué necesitas tú?

Centrados en compromisos: incluimos en nuestros mensajes qué es lo que esperamos del otro y qué le estamos pidiendo, de nuevo no esperamos a que mi pareja lo adivine o “acierte”. Igualmente dejamos la puerta abierta a que indique qué pide a su vez el otro.

– Te pido… te ofrezco… ¿Qué me pides tú?, ¿qué me ofreces tú?

Esta comunicación asertiva la vamos a combinar con otras dos habilidades fundamentales que son:

2- ESCUCHA: prestar verdadera y auténtica atención a lo que mi pareja expresa, estando presente en cuerpo y mente, parando la máquina interna de juzgar lo que dice según mis esquemas y sentimientos, sin dar los consejos no pedidos y soluciones a la otra persona, como si no pudiera por sí misma decidir qué hacer o no tuviera derecho a sentir lo que siente.

3- EMPATÍA: capacidad de percibir y comprender los estados mentales, emocionales y físicos de mi pareja, aunque no los comparta. Respetarlos profundamente y darles la máxima prioridad. La empatía, que ya tratamos en otro artículo del blog, se trasmite a través de la comunicación no verbal (mirada, silencio, gestos…) y la comunicación verbal mediante la respuesta comprensiva: demostrar que entendemos cómo se siente/opina y que lo tomamos de verdad en consideración.

Para poder avanzar hacia esta comunicación no violenta cada miembro de la pareja va a tener que trabajar sobre las competencias de inteligencia emocional, mejorar su regulación emocional: hacerse cargo de sus propios estados emocionales, tomar conciencia de ellos y saber regularlos con el autocontrol necesario, evitando la explosión y descontrol emocional. Este es un reto que abordamos en la terapia de pareja, pues es condición indispensable para dejar apartado la hostilidad en el día a día y avanzar hacia la reconexión afectiva y de comunicación.

Un abrazo,

Irene de Miranda Reynés
Psicóloga Sanitaria
IDEM Psicología