La gestión del tiempo dentro de la pareja es una fuente habitual de conflictos. Uno no entiende por qué el otro “pierde el tiempo” haciendo algo, el otro no entiende por qué uno le dedica tanto tiempo a la limpieza y el orden de la casa. Nos cuesta estar de acuerdo en cuáles son las prioridades, qué debe ser hecho con preferencia y qué actividades pueden dejarse para otro momento.
La Matriz del Tiempo de Eisenhower
Podemos clasificar nuestras tareas y ocupaciones del día a día en función de dos ejes:
- Importancia: aquellas cosas que realmente aportan a mis objetivos y metas y que están en consonancia con mis valores personales.
- Urgencia: es un criterio de oportunidad temporal de una tarea, si el momento idóneo para finalizar o realizar algo es próximo en el tiempo.
Así, nos salen cuatro cuadrantes, según la importancia sea alta o baja, y la urgencia sea alta o baja. Es lo que se conoce como Matriz del Tiempo atribuida a Dwight D. Eisenhower, y que desarrolló Stephen Covey en su libro “Los 7 hábitos de las personas altamente efectivas”.
Normalmente, cuando estamos estresados es porque estamos centrados en las cosas urgentes, que nos tienen corriendo de un lado para otro sin parar. Es una pena que en muchas ocasiones estamos estresados por cosas poco importantes, por muy urgentes que sean. Son lo que llamamos “ladrones del tiempo”, como el 99% de los mensajes de WhatsApp y de los emails que recibimos, o la multitarea: poner la lavadora en este momento mientras ayudo a los niños con los deberes, miro el móvil y pongo la cena a cocinar en el horno, todo a la vez, por ejemplo. Si al menos estuviéramos agobiados por las cosas importantes y urgentes…. merecería la pena poner el foco en ello e incluso estresarnos por ellas.
En realidad, las cosas importantes de verdad y no urgentes, son aquellas que más contribuirán en el futuro a conseguir lo que anhelamos. Si no les dedicamos su tiempo van a ir avanzando hacia al cuadrante de cosas importantes y urgentes, con lo cual, me generarán más estrés. Un ejemplo es la salud. Si nosotros le concedemos importancia en el día a día, no como lo más prioritario, pero sí teniéndolo en cuenta, cuidando en general la alimentación y reservándonos espacios para hacer ejercicio y descansar lo suficiente, nuestra salud se conservará en mejores condiciones a la larga. Por el contrario, si no le concedemos un hueco, es posible que nos explote en forma de urgencia, cuando nos detecten algún problema de salud y entonces tengamos que poner el foco en ello de forma urgente.
Las personas que son proactivas tienen muy claro cuáles son las cosas verdaderamente importantes y les dedican un tiempo a menudo, no las pierden de vista, de forma que no llegan a convertirse en urgencias. Son personas que viven con menos estrés y consiguen sus resultados y metas de una forma más tranquila y segura, avanzando con paso firme en la dirección deseada. No improvisan a la hora de establecer prioridades: saben qué personas les interesan, qué actividades les convienen y con qué criterios tomar sus decisiones.
Gestión del tiempo en familia
En familia, también hay una matriz del tiempo implícita. Me gusta trabajar esto en la terapia de pareja. En las decisiones que tomamos, en cómo organizamos el tiempo diario en casa, las prioridades que establecemos en el día a día, incluso en qué invertimos el dinero y el tiempo juntos. Es importante que la pareja tenga este tema de alguna forma consensuado y que, en las líneas principales, estén de acuerdo. Lo contrario es una fuente de conflictos, de falta de comprensión entre la pareja y falta de empatía, pues no se comprenden las decisiones y prioridades del otro. Reflexionar sobre ello, y después colaborar con la pareja para poder marcar una líneas comunes es la mejor forma para compartir una visión común de lo que realmente es importante en casa.
Hay temas fundamentales que tienen que estar consensuados como es el tiempo para el autocuidado de cada uno, el tiempo para las obligaciones laborales y escolares, el tiempo de cuidado de la propia relación de pareja y de los hijos. Otros temas como el orden, la limpieza, las comidas, las actividades de ocio en familia y la relación con la familia extensa, son temas sobre los que hay que hablar para llegar a acuerdos; no podemos dar por sentado que mi pareja, por el hecho de serlo, comparte la misma visión que yo, ni que hay una sola forma de verlo y que cualquier otra forma es incorrecta. Saber escuchar y colaborar en un punto de vista común es fundamental.
Además, esta matriz debería ser flexible a lo largo del ciclo de la familia. No son las mismas prioridades cuando estamos creando nuestro hogar, que cuando los niños son pequeños, o cuando son adolescentes o nos jubilamos. Las parejas y familias que saben adaptar estas prioridades según el momento vital se adaptan mejor a los cambios, son más eficaces, viven con menos estrés y son más felices.
Por cierto, todos debemos tener nuestra matriz del tiempo personal pensada e irla actualizando a lo largo de la vida; es una forma de dirigir la energía, establecer prioridades vitales y avanzar hacia nuestras metas. Nuestro sensación de vivir una vida plena y con sentido depende de ello. Pero en esta matriz, no es tan importante estar de acuerdo con tu pareja, es opcional. Eso sí, dejar que tu pareja la conozca es vital para fomentar la empatía, para que respete tus prioridades y que también pueda ayudarte a cumplir tus sueños.
Un abrazo,
Irene de Miranda Reynés
Psicóloga Sanitaria
IDEM Psicología