El estrés es una reacción psicofisiológica compleja que desarrolla el organismo cuando se enfrenta a un situación altamente demandante, o “estresante”, y cuyo objetivo es poder adaptarse a la misma.  Por lo tanto, el estrés es una respuesta altamente adaptativa en los seres vivos: es lo que se llama Eustrés. Selye en 1956 describió el Síndrome General de Adaptación, que vendría a concebir el estrés negativo (Distrés) como un proceso: la persona se adapta para hacer frente al estresor, pero si la situación estresante tiene una duración excesiva, puede llegar a dañar al organismo, llegando a una fase de extenuación o agotamiento psicofisiológico.

Podemos pensar en factores estresantes relacionados con el trabajo, de hecho, la OMS ha reconocido en 2019 el Síndrome Burnout, el estrés crónico en el trabajo,  como una enfermedad; pero hay muchas otras situaciones que, por impredecibles, incontrolables, por la falta de apoyo social que conllevan, o por el cambio drástico en hábitos y costumbres, pueden suponer fuentes de estrés. Como ejemplo, comentamos en otro post sobre las consecuencias del estrés en los cuidadores.

Síntomas y consecuencias del estrés:

Los síntomas del estrés son muy variados:

  • Conductuales: cambios en los hábitos, evitación de situaciones demandantes, expresión facial tensa…
  • Cognitivos: pensamientos catastrofistas, dificultades en la atención y en la memoria…
  • Emocionales: irritabilidad, preocupación, depresión, incapacidad para relajarse…
  • En la relaciones personales: cambios en la calidad de las relaciones, aislamiento o dependencia…
  • Psicofisiológicos: tensión muscular, insomnio, cefalea tensional, molestias digestivas, desinterés/dificultad sexual, fatiga, alteración del peso…

Muchos de estos síntomas son comunes con la ansiedad, otro estado emocional relacionado, pero que se diferencia básicamente, porque el elemento estresante aún no está presente y se trata de una reacción de anticipación ante una situación más o menos probable, subjetivamente.

La explicación de todos estos cambios a nivel psicofisiológico viene dada por la alteración del Sistema Nervioso Autónomo y del Sistema Hipotálamo-hipófiso-suprerrenal, pero no nos vamos a detener en ello en este post. Estas alteraciones a nivel del organismo son las que garantizan una respuesta adecuada ante una situación demandante activando nuestro cuerpo y mente para una respuesta eficaz, pero mantenido en el tiempo tiene efectos nocivos a distintos niveles: cardiovascular, endocrino, inmunitario, gastrointestinal, en la sexualidad y reproducción, y en el ámbito emocional. Igualmente se estudian los efectos a nivel cognitivo, etc.

Factor de vulnerabilidad:

En mi práctica clínica puedo decir que en la mayoría de los casos que llegan a consulta, las personas han pasado por un periodo acentuado de Distrés en los últimos meses, coincidiendo con el empeoramiento subjetivo de sus síntomas de malestar psicológico por los que vienen a consulta. Muchas veces, no obstante, las personas no son conscientes de ello (“no me ha pasado nada especial últimamente”…), pero cuando hacemos un repaso del último año, ellos mismos se sorprenden de la cantidad de retos y problemas que van apareciendo.

Suelo hacerles conscientes de la importancia que tiene para ellas desarrollar habilidades de afrontamiento del estrés de cara a evitar recaídas en el futuro, más allá de la resolución de sus síntomas de malestar psicológico motivo de consulta. Todo ello es objeto de trabajo en el proceso psicoterapéutico, previa explicación al paciente de la importancia del manejo de estrés como factor de protección del bienestar psicológico a futuro.

En resumidas cuentas, desde la Psicología Sanitaria entendemos el Distrés no como una enfermedad, ni la causa directa de diferentes enfermedades, sino como un factor de vulnerabilidad, de aumento de riesgo de que el organismo desarrolle una enfermedad o malestar psicológico.

Lectura recomendada:

– Sapolsky, R. (2008),¿Por qué las cebras no tienen úlcera?: La guía del estrés. Grupo Anaya. Colección Alianza Ensayo

Un abrazo,

Irene de Miranda Reynés
Psicóloga Sanitaria
Directora IDEM Psicología
www.idempsicologia.es